La influenza: guía para padres

Dra. Sandra Patricia Concha

RECOMENDACIONES DE LOS CDC (Centers for Disease control and prevention).
Conocida comúnmente como gripe, la influenza es una infección de la nariz, la garganta y los pulmones causada por los virus de la influenza.

La mayoría de las personas que se han infectado con este virus han presentado una enfermedad leve. Sin embargo, algunos han presentado una enfermedad grave , siendo los niños pequeños, las mujeres embarazadas y las personas con enfermedades crónicas, como asma, diabetes o enfermedades del corazón, con mayor riesgo de presentar una complicación por esta infección.

Los síntomas de la enfermedad incluyen fiebre, tos, dolor de garganta, moqueo o congestión nasal, dolores en el cuerpo, dolor de cabeza, escalofríos, fatiga y en algunas ocasiones vómito y diarrea. En los niños más pequeños puede complicarse con una infección de oído, crup, sinusitis, bronquiolitis (infección de los pequeños tubos de los pulmones) o neumonía.

A pesar de que existen tres virus de influenza (tipo A, B y C), la mayoría de epidemias de gripe son ocasionadas por el A o B y ocurre usualmente durante los meses de invierno.

Este virus se propaga a través de pequeñas gotas que se forman cuando las personas infectadas tosen, estornudan o hablan. Aunque no sucede a menudo, una persona también puede contagiarse de influenza al tocar una superficie donde se encuentra el virus y luego llevarse las manos a los ojos, la nariz o la boca.

El enfermo se beneficia del descanso, debe beber abundantes líquidos para evitar la deshidratación, tener un manejo adecuado de la fiebre y visitar al pediatra en caso de ser necesario.

Para protegerse contra la influenza, lo más importante que se debe hacer es vacunarse y vacunar a su hijo:

– Se recomienda la vacunación en todas las personas desde los 6 meses de edad en adelante.
– Todos debemos vacunarnos contra la influenza en cada temporada, pero es importante que los niños pequeños reciban primero la vacuna y aquellos con afecciones médicas crónicas.
– Las personas que cuidan niños menores de 6 meses y con patologías crónicas deben vacunarse.
– Otra manera de proteger a los bebés es por medio de la vacunación de las mujeres embarazadas; ya que las investigaciones muestran que esto le brinda cierta protección al bebé antes de nacer y durante algunos meses después del nacimiento.
– A través de los años se han administrado millones de vacunas contra la influenza con un excelente historial de seguridad.
– La vacunación contra la influenza puede hacer que la enfermedad sea más leve en caso de que la contraiga.

Además de vacunarse hay otras medidas para tener en cuenta:

– Manténgase alejado de las personas enfermas.
– Si su hijo está enfermo debe quedarse en casa por lo menos 24 horas después de que la fiebre haya cesado.
– Cúbrase con un pañuelo desechable la boca y la nariz cuando tosa o estornude.
– Lávese las manos frecuentemente con agua y jabón.
– Consulte de inmediato por urgencias si el niño presenta respiración agitada, dificultad para respirar, piel azulada, vómitos frecuentes, somnolencia o en caso de que los síntomas mejoren y se vuelvan a presentar con fiebre y empeoramiento de la tos.

Los niños con enfermedad crónica de base, debe recibir atención médica así no presente los síntomas mencionados.