La cama del bebé
Publicado el: 16 septiembre, 2017
Como lo hemos mencionado anteriormente, en los primeros 4 a 6 meses de vida el recién nacido debe dormir en la misma habitación de los padres (aunque en otra cama); ya que se inicia el proceso de adaptación al sueño, es posible una mejor vigilancia del recién nacido y para mayor tranquilidad de los padres.
Se pueden tener camas que cumplen doble función: cuna para los primero meses y cama posteriormente. Las cunas deben ser de un material firme, sin astillas, sin bordes puntiagudos, con pintura fácilmente lavable y que no sea de plomo.
El colchón debe ser igualmente firme, que no se hunda; puede ser de espuma o con resortes, lo importante es que encaje perfectamente con la cuna para que no queden espacios entre estos y puedan quedar atrapados los bracitos o piernitas de tu bebé. Las barandas deben respetar una distancia entre ellas máximo de 6 cm para evitar que la cabeza o cuerpo del recién nacido quepan por ahí; así como la distancia entre el colchón y la parte superior de las barandas debe ser de mínimo 65 cm, para que en el futuro tu bebé no vaya a escalarlas.
No se deben usar almohadas en el primer año de vida, pueden llevar a la asfixia al recién nacido (Síndrome de muerte súbita del lactante). Está bien, si solo lo dejas con una cobijita, pero los juguetes u otros objetos deben guardase en otra parte. Te recomendamos que tengas listas unas cuantas sábanas, cobijas y juego de cama (de 2 a 4), al menos la primera semana, que como sabrás no tendrás mucho tiempo para salir a la tienda a buscar ropa de cama, así aseguras que tú y tu bebé tendrán una cama limpia.