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Mi bebé de tres meses llora cuando lo amamanto


 

Los pequeños a los tres meses ya se han vuelto expertos a la hora de succionar y en pocos minutos logran vaciar el seno. Sin embargo, es muy común que se pongan a llorar. Se avecina la crisis de los tres meses. Este brote es tal vez el más complejo de todos ya que se agregan otras características a su comportamiento. Juntos develaremos algunos de estos nuevos hábitos.

El niño ya no es un recién nacido y su cerebro se desarrolla a pasos agigantados. Sus sentidos se agudizan y cualquier cosa lo distrae, desde un punto en la pared hasta el ladrido de un perro. Por otra parte, el pequeño no demanda como antes, sus tomas son más espaciadas, lo que se puede llegar a interpretar como que no quiere comer, no tiene hambre o rechaza el seno.

Además, el bebé comienza a llorar al lactar y pareciera que no logra sacar suficiente leche. A esto se suma que la mamá siente que sus pechos están blandos, y ya no se hinchan, ni gotean. Este conjunto de circunstancias pueden darnos una sensación de imposibilidad para alimentar de forma adecuada a su pequeño, recurriendo a los suplementos y dando así inicio a la lactancia mixta que muchas veces termina en el abandono de la lactancia materna.

Sin embargo, sucede lo contrario, las glándulas mamarias ahora están lo suficientemente preparadas como para producir en el momento que el niño lo necesite. Aproximadamente a los dos minutos de succión, se desencadena el reflejo de eyección de leche, por lo que el bebé debe aprender a esperar su comida. En general esta situación lo impacienta y no le agrada. Puede llevar un mes hasta que la mamá y el niño se acostumbren a esta nueva situación.

Todas estás circunstancias hacen que sea la crisis más difícil de todas, pero entenderla como tal, hace que sea más fácil superarla. Mami, no desesperes, no olvides de pedir ayuda a tus seres queridos y por supuesto, a tu pediatra. Recuerda que tú y tu bebé están creciendo juntos.