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Cómo elegir un jardín para mi hijo


 

En la primera infancia se desarrolla el 85% del potencial de los niños, por eso es importante que los padres sepan escoger el mejor lugar para sus hijos, no solo para que los cuiden, sino también para que los eduquen, velando siempre por la mejor calidad en la atención integral, el desarrollo del equipo humano, la infraestructura y espacios de participación con las familias y la comunidad.

Tómese el tiempo de conocer bien el lugar educativo en donde estará su hijo y asegúrese de que él lo conozca también. Busque un jardín que le permita acompañar a su hijo, que respete las necesidades de ambos y que apoye el proceso de desapego entre padres e hijos. Debe elegir un lugar que cuente con un proyecto acorde con la filosofía de la familia.

Es importante averiguar cómo funciona el jardín, cómo es la disciplina, cómo solucionan las peleas entre niños, si los obligan o no a comer, cómo los llevan al baño, cuántos niños hay por sala, cuántas cuidadoras por niño y cuáles son los planes de contingencia ante una emergencia.

Algunas de las recomendaciones para manejar esos primeros días:

  • Una vez los padres hayan tomado la decisión deben trasmitírsela al niño con total tranquilidad.
  • Visite el jardín con su hijo para que se familiarice con el espacio, las personas y de ser posible con las rutinas.
  • Unas semanas antes del ingreso al jardín los padres deberán hablarle a su hijo sobre lo que sucederá y tratar de que suene atractivo para él. Hacer que el niño se emocione convertirá el ingreso al jardín en una aventura y se sentirá feliz.
  • También es importante antes de su ingreso al jardín, tratar de cambiar los horarios para que el niño establezca desde antes, su rutina de acostarse, levantarse, bañarse y desayunar.
  • Trate de anticiparse al cambio de alimentación.
  • Cuéntele que va a tener nuevos amigos y una profesora que le va a enseñar cosas nuevas, pero que pronto regresará a casa.
  • El proceso de adaptación de los niños al jardín puede durar días o semanas, de acuerdo con los ritmos individuales de sueño y alimentación. Hay que tener paciencia, darle amor y acompañarlo.
  • Siéntase confiado y participe en la formación de sus hijos sin limitarlos o sobreprotegerlos.
  • Debe motivarlo y estar seguro de sus capacidades.
  • En algunas ocasiones los niños requieren de un objeto transicional para afrontar el cambio y sentir confianza y seguridad frente a este. El objeto transicional puede ser un muñeco, un peluche, una cobija, una almohada, un juguete u otro elemento que signifique para el niño la conexión entre la casa y el jardín.
  • ¡Lo más importante! No le exija mucho a su hijo. Hay que tener en cuenta que todos los niños son diferentes.

El primer día: cuando entre al salón de clase, vuelva a presentarle tranquilamente al maestro a su hijo y permita que ellos dos inicien una relación, pero asegúrese de que el niño vea su aprobación, así sentirá que va a estar feliz y seguro bajo su cuidado. Despídase siempre con un saludo afectuoso de su hijo, una vez que lo haga, váyase rápidamente, pero no se escape. Por más que resulte tentador, irse sin despedirse puede hacer que los niños se sientan abandonados. Una despedida prolongada, por el contrario, solo reforzaría en el niño la sensación de que la escuela no es un buen lugar.

El papel de los padres debe ser el de agentes continuos de comunicación entre el hogar y el colegio, para evitar más dificultades esos primeros días de jardín.

“Es vital que nos tomemos el tiempo para acompañarlos y despedirnos, planificar las mañanas con tiempo, hacer las cosas con calma; ya que esa calma los acompañará en el camino y llegada al jardín”. Ante todo mucho amor, paciencia y confianza.