Lactancia materna: el mejor alimento para tu bebé
Publicado el: 23 julio, 2018
En la leche materna se encuentran todos los nutrientes que un niño necesita durante sus primeros meses de vida. Pero, ¿por cuánto tiempo y en qué momento hay que amamantar a nuestro bebé? Aquí puedes encontrar algunas respuestas a estas preguntas.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) celebra todos los años la “Semana Mundial de la Lactancia Materna” y señala que la leche materna es el mejor alimento para un recién nacido. Recomienda la alimentación exclusiva con leche materna durante los primeros seis meses. Todo lo que necesita nuestro bebé durante estos primeros meses se encuentra en ese “oro blanco”.
Los niños que son alimentados en forma exclusiva con leche materna no necesitan otro tipo de suplementos. Asimismo, la leche materna contiene importantes anticuerpos para que el niño se vuelva más resistente a determinadas enfermedades.
Lactar, es además práctico: Mamá siempre lleva el alimento consigo, evita e peso innecesario de calienta biberones, bolsas con leche en polvo, teteros y esterilizadores. Solo en segundos se puede amamantar al recién nacido de una manera natural, higiénica y económica.
Para el bebé la leche materna es ideal porque tiene la temperatura indicada, es fácil de digerir y se ajusta a las necesidades. Amamantar también es beneficioso para mamá ya que la succión del bebé estimula la producción de hormonas que ayudan a contraer el útero.
Pero dar el pecho no es solo alimento sino que fomenta el vínculo entre la madre y el niño. El contacto piel con piel le brinda al recién nacido toda la seguridad que necesita y le transmite cercanía y confianza.
¿Cada cuánto debería alimentar a mi bebé? Al comienzo la lactancia materna es a demanda, cuando el niño tiene hambre. Esto puede ser cada tres horas o también cada 90 minutos. En este caso el principio fundamental es que la demanda regula a la oferta, la producción de leche aumenta según las necesidades de su bebé.
Mami, no te desanimes si amamantar no funciona desde el inicio. Muchas veces se necesita tiempo y paciencia hasta lograrlo. Confía en tu cuerpo y, sobre todo, ¡no dudes en buscar apoyo! Las puericultoras y ginecólogos pueden ayudarte y enseñarte.