Los gritos e insultos afectan el desarrollo cerebral de nuestros hijos
Publicado el: 25 noviembre, 2021
Dra. María Teresa Agudelo C., pediatra
Durante la crianza de nuestros hijos, en ocasiones aisladas, bien sea por estrés y angustia, puede ocurrir que le gritemos a nuestro hijo.
Cuando lo verbal se vuelve frecuente (gritos e insultos por parte de los padres, que buscan desvalorizar al niño), entramos a hablar de maltrato psicológico.
Lamentablemente, la disciplina del miedo, las amenazas y de las criticas constantes, incluso con un cierto nivel de insultos, se han normalizado en nuestra sociedad y la agresión verbal al menor se asume como un mecanismo para imponer disciplina.
Algunos padres creen que insultar no es igual que golpear, pero se equivocan. Las palabras fuertes y humillantes generan los mismos sentimientos de dolor (emocional y psicológico), frustración e impotencia, que el castigo físico en los niños.
Los gritos e insultos, son una forma de violencia y la exposición de los niños a situaciones de este tipo, pueden alterar el desarrollo fisiológico del cerebro y repercutir en el crecimiento físico, cognitivo, emocional y social del niño.
David Bueno Torres, investigador de la Universidad de Barcelona y especialista en Neurociencia, dice: “Un niño no recordará lo que ha vivido antes de los 3 años, pero eso no significa, que no le quedará una huella en su cerebro si ha sufrido algún tipo de violencia”.
Por consiguiente, podemos observar que algunas de las consecuencias físicas y sociales más frecuentes tras el castigo físico y el maltrato psicológico en niños son:
- Baja Autoestima: los niños a menudo pueden experimentar sentimientos de inferioridad e inutilidad, también pueden mostrarse tímidos y miedosos.
- Sentimientos de soledad y abandono: los niños pueden sentirse poco queridos, aislados o abandonados.
- Imitación: los niños aprenden que la violencia es un modelo válido para resolver problemas.
- Predisposición: puede experimentar miedo, ansiedad, desencadenado por la presencia de un adulto que se muestra agresivo o autoritario.
- Comportamientos autodestructivos: algunos desarrollan lentamente, sentimientos de angustia, depresión y comportamientos destructivos, como la automutilación.
- Trastornos de identidad: los niños pueden tener una mala imagen de sí mismos, creer que son malos y por eso sus padres los castigan.
Como padres, debemos estar atentos a nuestras propias emociones y aprender a responder a ellas de forma asertiva.
Como la crianza que nos dieron influye en nuestro comportamiento, cuanto más conscientes estemos de nuestro actuar, más posibilidades tenemos de elegir a conciencia, una crianza para nuestros hijos basada en el amor y respeto.
Si desea ponerse en contacto con algún especialista, para obtener más información al respecto, lo invitamos a comunicarse al número (602) 3319090 Ext. 7335.
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