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La importancia del juego en tiempos de confinamiento


La situación que se presenta actualmente a causa de la pandemia del coronavirus COVID-19, puede generar en las familias sentimientos de angustia y ansiedad al permanecer en aislamiento durante un tiempo prolongado.

Este escenario ha implicado la suspensión de clases presenciales y al quedarnos todos en casa surgen problemas, generados por la incertidumbre que implica la pandemia y por el hecho de tener que manejar un nuevo entorno, es decir, padres e hijos compartiendo un espacio reducido por más tiempo del que estaban acostumbrados.

Vivíamos de una forma en la que se tenía muchas actividades por fuera de nuestro hogar y poco tiempo en casa. Los niños y niñas se quedaron no solo sin clases presenciales sino también sin actividades que realizaban fuera de casa con fines recreativos, lúdicos, educativos, deportivos o competitivos.

Por consiguiente, los padres intentan alcanzar el equilibrio entre el teletrabajo (si es que tienen esta opción), las tareas propias del hogar, las tareas escolares de sus hijos (aula virtual) y el entretenimiento que ayude a llevar de la mejor forma esta situación desencadenada por la pandemia. Además, se enfrentan al exceso de energía de sus niños (que antes liberaban fuera de casa) y a preocupaciones e incluso miedos que los llevan a la ansiedad, la cual puede alterarles el sueño, el apetito o la posibilidad de disfrutar el diario vivir.

Se debe buscar la manera de manejar lo mejor posible la ansiedad para poder conservar, no solo la salud física sino la salud mental; y una forma de lograrlo es a través del juego. Diversos estudios científicos revelan lo siguiente: “el juego como una poderosa herramienta para sobreponerse al miedo, gestionar la angustia y fortalecer el sistema de defensa, disfrutar del tiempo en familia y facilitar el aprendizaje de los niños, que probablemente se ha visto alterado estas semanas al pasar de una educación regulada y sujeta a rígidos horarios, a una gran cantidad de horas sin nada que hacer”.

Los niños que juegan con sus padres, familiares o cuidadores se sienten atendidos, cuidados y amados. Esto les proporciona la confianza y seguridad necesaria para su desarrollo integral; ya sea que el niño tome la iniciativa o que el adulto, de manera ocasional, le proponga juegos acordes a su edad. Recuerde que lo mejor es “jugar por jugar”, es decir, disfrutar del juego.

El juego incentiva la curiosidad y la creatividad, ya que impone desafíos para no caer en la rutina y utilizar objetos a nuestro alcance (telas, cajas, tubos, frascos de plástico, conchas, etc.) y no necesariamente juguetes estructurados. Conviene mencionar que se debe tener un límite de objetos que los niños pueden utilizar para jugar manteniendo su seguridad; es decir, se debe tener en cuenta la edad para decidir si pueden manipular uno u otro material, por ejemplo, un bebé no debe jugar con objetos pequeños que pueda llevarse a la boca y causar ahogamiento y sofocación.

El juego es eficaz para los niños, porque a través de este le dan sentido al mundo que les rodea y les ayuda a descubrir el significado de una experiencia, conectándola con algo que ya conocían previamente.

Recomendaciones en el momento de jugar con los niños:

  • La importancia del tiempo: se necesita tiempo para jugar con nuestros niños, el cual debe respetado por parte del adulto y que no se interrumpa, por ejemplo, para contestar una llamada del celular o ver un mensaje.
  • Se debe entender que los infantes no tienen por qué estar siempre activos, también necesitan tiempo para tener momentos de inactividad. Sea paciente si le pregunta ¿Qué estás haciendo? y su respuesta solo sea: nada.
  • Bríndeles autonomía y deje que los niños los guíen, que le digan en qué consiste el juego, cómo se va a desarrollar y cuál es el papel de cada uno; ya que esto les permite empoderarse.
  • Aunque es cierto que a través del juego se aprende, se debe tener cuidado en no transformar el juego en ejercicios o tareas para alcanzar determinados logros de aprendizaje. La curiosidad y el placer deben ser los objetivos primarios del juego.
  • Respete las preferencias de los niños y niñas. Evite imponer las suyas.
  • El juego es una actividad agradable: disfrute el placer de estar juntos y promueva que sus hijos se rían; ya que la risa relaja los músculos, reduce las hormonas de la ansiedad y libera endorfinas (sustancias que nos hacen sentir bien).
  • Mas juego y menos tecnología: aproveche este tiempo para jugar con sus hijos y modular el tiempo dedicado a la tecnología, es decir, cuide el tiempo que los niños disfrutan frente a la televisión, el computador, la tableta, el celular o los videojuegos.

Este tiempo de confinamiento es una excelente oportunidad para recapacitar en cómo y con qué calidad generamos vínculos entre los integrantes de la familia.

Texto escrito por: Dra. Ivonne Aldana Vallejo – Pediatra de la Fundación Valle del Lili