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Los hábitos de alimentación saludable se aprenden en casa. Conoce cómo


Es una realidad que el estilo de vida de los niños viene cambiando. Hoy en día son más sedentarios porque desde muy pequeños se les trata de entretener con algún medio digital y permanecen más tiempo viendo televisión, jugando en el computador y tienen menos actividad física al aire libre.

Esto, unido a un mayor consumo de comidas rápidas con alto contenido de azucares y carbohidratos como hamburguesas, pizzas, perros calientes, gaseosas; un insuficiente consumo de verduras y frutas ponen en riesgo a nuestros niños de desarrollar sobrepeso, obesidad, mal nutrición y hasta hipertensión o diabetes, enfermedades que cada día son más frecuentes en adolescentes y adultos jóvenes.

Como padres debemos pues pensar en nuestra salud y en la de nuestros hijos, creando hábitos saludables en familia, incluyendo una buena alimentación y actividad física regular.

En los primeros años de vida los niños aprenden nuestros valores, forma de comportarnos y hábitos. En esa etapa inicial de la vida es más fácil incorporar estos hábitos, que perdurarán muchos años y servirán para el bienestar físico de nuestros hijos y que, posiblemente, también transmitirán a sus hijos.

¿Cómo podemos inculcar hábitos de alimentación saludable?

Como primera medida debemos aprender qué es una alimentación saludable. Cuando hablamos de alimentación saludable, nos referimos a una alimentación equilibrada, entre los nutrientes requeridos como son las proteínas, los carbohidratos y las grasas.

Las proteínas constituyen un factor esencial para la formación de los tejidos de nuestro cuerpo; también intervienen en muchos procesos del cuerpo, ya sea como hormonas o proteínas transportadoras como lo es la hemoglobina. Hay proteína de origen vegetal que se encuentra en los frijoles, lentejas, garbanzos, maní, nueces, quínoa, soya y de origen animal que está en la leche, huevo, yogurt, carne de res, pollo y pescado en general.

Los carbohidratos son la principal fuente de energía del cuerpo, existen los azucares naturales que están en las frutas y la leche o los almidones que se encuentran en panes, galletas, cereales, la pasta, papa, yuca, lentejas, garbanzos, alverja.

De grasas se recomiendan los ácidos grasos mono insaturados que ayudan a disminuir el riesgo de enfermedad cardiaca. Estos son aceite de oliva, aceite de canola y aguacate. Otro tipo de grasa alternativa son polinsaturados con omega 6 como el aceite de maíz, soya y girasol. Las grasas saturadas, se encuentran en las vísceras, manteca, tocino y carnes rojas, es el factor que más aumenta el colesterol y produce mayor riesgo de enfermedad coronaria.

Entonces, un plato saludable comprende: un cuarto de plato en verduras, un cuarto en frutas, un cuarto en carbohidratos y un cuarto de proteína, que puede ser animal o vegetal.

Ahora bien, como padres vamos a pensar que los niños no se comen las verduras, de ahí la importancia de crear hábitos desde muy temprana edad. Aprovechar desde cuando inicia la alimentación complementaria para introducir las frutas y verduras.

También se recomienda que sea una alimentación divertida llena de colores y texturas, en la que se incluyan verduras y frutas de diferentes colores para hacer el plato más atractivo.

Otra forma de ir incorporando a los pequeños en una nutrición saludable, es llevándolos a las compras y dejarlos que vayan escogiendo la compra de verduras y frutas, dándoles dos o tres alternativas y hablándoles de la importancia para nuestro cuerpo.

Recuerda: ¡los hábitos saludables se crean en casa, y perduran por toda la vida!

Escrito por: María Teresa Agudelo, médica pediatra de la Fundación Valle del Lili.