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¿Por qué cambia el popó de mi bebé?


 

En la madre primeriza, es frecuente escuchar que se angustia por los cambios en la frecuencia y consistencia de la materia fecal de su bebé. Para tranquilidad de ellas, se les comenta acerca de los cambios que pueden presentar las deposiciones de su bebé durante los primeros meses hasta el año de vida y los signos de alarma sobre cuándo consultar al médico.

El recién nacido al succionar la  primera leche materna (calostro) da salida pronto al meconio, que es la primera deposición que hará el bebé recién nacido. El meconio es de consistencia espesa, pegajoso, de color verde, compuesto del material que el bebé ha digerido durante su permanencia en el vientre como: líquido amniótico, bilis, células que se han desprendido de la piel y el intestino. Puede estar presente durante los primeros tres días de vida.

Después entramos a una etapa de aumento de la frecuencia de deposiciones, que va desde que desaparece el meconio hasta el primer mes de edad. Las características de estas deposiciones varían de acuerdo a si recibe leche materna o no.

Los bebés que reciben leche materna, presentan deposiciones que se parece a la de los pájaros, con una consistencia semilíquida y estas son muy frecuentes; lo cual se debe al reflejo gastrocólico que se activa con la ingesta de la leche materna,  produciendo un movimiento del intestino y por lo tanto la salida de la materia fecal . Este reflejo es intenso durante las primeras semanas del bebé, lo que hace que presente de seis a ocho deposiciones al día.

Después del primer mes, las deposiciones son menos frecuentes. Esto se debe a que el intestino del niño empieza a ser más efectivo, absorbiendo una cantidad de nutrientes  que hace que haya menos material para las heces. Las características de las deposiciones suelen ser iguales en las primeras semanas, si el bebé está siendo amamantado exclusivamente con leche materna.

Cuando se usa leches artificiales o de fórmula, el popo del bebé será de consistencia dura, amarillas o un poco verdosas, olorosas, menos frecuentes y abundantes. Un lactante puede pasar uno o dos días sin hacer deposición, y si el niño está tranquilo (sin llanto) esto puede ser normal. El niño puede presentar de una a dos deposiciones al día.

Después de los seis meses, cuando el bebé comienza a ingerir alimentos sólidos, sus deposiciones cambiarán y serán más sólidas, tendrán un olor más fuerte y según lo que consuma como: verduras verdes (habichuelas), tendrá un color verde oscuro. Por otro lado, alimentos como la remolacha hace que la orina y las heces sean de color rojo.

Como madres aprendemos todo sobre nuestro bebé, su frecuencia de evacuación y la consistencia de su materia fecal. Si notamos cambios en  dichos hábitos, y más si el popo está acompañado de moco o sangre, se debe consultar con el pediatra.