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¡Mi hijo abusa de los videojuegos y las pantallas! ¿Qué debo hacer?


Cada vez es más frecuente encontrarnos con diferentes dispositivos tecnológicos tanto en nuestro hogar como en otros espacios educativos, sociales o familiares. Vivimos en un mundo conectado tecnológicamente. Lo anterior, conlleva aspectos positivos ya que nos permite tener contacto con personas que se encuentran a largas distancias de nosotros, pero entre los aspectos no tan positivos, se destaca que en ocasiones nos roba tiempo y espacio de conexión emocional con los demás.

Entre las preguntas más frecuentes está: ¿cuál sería el efecto de las pantallas? Sabemos que es importante estimular a los niños de manera suficiente para que se desarrollen sanos, por eso, tanto la sobreestimulación como la ausencia de una estimulación suficiente, afectarán de manera negativa el cerebro y el desarrollo de los niños. También, muchos casos de déficit de atención, se deben a ambientes excesivamente cargados de hiperactividad, lo que imposibilita que el niño se pueda concentrar en la tarea que debe realizar.  Se ha encontrado que el abuso de los dispositivos móviles suele conllevar en el niño o adolescente, problemas de conducta y de impulsividad, y estos, pueden ser más perjudiciales entre más temprano comiencen a abusar de dispositivos móviles, asociado a un mayor número de horas frente a los videojuegos o pantallas.

Entre las recomendaciones más importantes dadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS), es el cero uso de pantallas hasta los 2 años; para las edades entre los 2 y 5 años recomiendan no más de 1 hora diaria frente a la pantalla. Teniendo en cuenta que las pantallas no aportan ningún beneficio para el desarrollo sensorio-motriz, implicando una gran pasividad, tu niño menor de 2 años, necesita actividad y entornos que sean estimulantes tanto sensorial como motrizmente, lo que se consigue tocando, escuchando y relacionándose.

Entre las consecuencias del abuso de dispositivos móviles sobre el cerebro de nuestros hijos, tenemos:

  1. Dificultades para concentrarse en una tarea concreta.
  2. Los niños que abusan de pantallas tienen menos mielina en sus neuronas, por lo tanto, la velocidad con la que se comunican sus neuronas, es menor que aquellos pequeños que no exceden el uso de los dispositivos tecnológicos.
  3. Les cuesta ser conscientes del aquí y el ahora.
  4. Problemas para lograr un autocontrol suficientemente adecuado.
  5. Debido a esta hiperactividad, demandan inmediatez para todo.
  6. Tienen menos paciencia a la hora de esperar que les toque el turno para jugar o hablar.
  7. Aumenta la probabilidad del fracaso escolar.
  8. Suelen buscar más soluciones en el exterior que dentro de sí mismos.
  9. Son más pasivos que activos.
  10. Disminuye la sociabilidad del niño.
  11. Presentan problemas para identificar las emociones básicas que están experimentando (miedo, rabia, tristeza, alegría).
  12. Dificultad en la regulación de emociones.
  13. Aumenta la probabilidad de trastornos de ansiedad y depresivos, dado que están acostumbrados a recibir estimulación externa.
  14. Al abusar de las pantallas, dejamos de llevar a cabo otras tareas y actividades que son indispensables para nuestros hijos: relacionarse, leer, actividad física, jugar.

A continuación, les compartimos algunas recomendaciones para el adecuado uso de dispositivos móviles:

  1. Nosotros como padres somos modelos, por ello, debemos ser los primeros en dar ejemplo y utilizar los móviles o tabletas en los momentos adecuados.
  2. Es importante fomentar el dialogo y la comunicación cara a cara.
  3. La Academia Americana de Pediatría recomienda no tener pantallas en la habitación.
  4. Debemos establecer una serie de normas para el correcto uso de los diferentes dispositivos, teniendo siempre un control como padres sobre las actividades, juegos y conversaciones de nuestros hijos.
  5. No debemos usar los dispositivos móviles para calmar a nuestros hijos cada vez que sienten tristeza o rabia, ya que deben aprender a autorregularse.
  6. En cuanto a pantallas, menos, es más.
  7. No pasa nada si de manera puntual o de vez en cuando nuestro hijo tiene contacto con dispositivos electrónicos, pero debemos preguntarnos qué está dejando de hacer nuestro pequeño cada vez que pasa tiempo con la videoconsola, el móvil o el ordenador.

El objetivo no es dejar a un lado los dispositivos móviles, por lo contrario, es educar sobre su correcto uso como una herramienta de aprendizaje en diferentes entornos y contextos.

Dra. Verónica Mera López, Pediatra.

Fundación Valle del Lili.