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Recomendaciones de uso de los cabestrillos portabebés


Este documento fue elaborado por el Comité de Seguridad y Prevención de Lesiones Infantiles de la Asociación Española de Pediatría (AEP).

Los cabestrillos para llevar a los lactantes se han utilizado desde tiempo inmemorial por diferentes culturas.

Muchos padres consideran que esta forma de llevar a los niños les proporciona una mayor unión de todo tipo con sus hijos. Pero es importante que el uso de estos sistemas sea seguro para evitar accidentes.

En los últimos 20 años se han comunicado más de 20 accidentes mortales en diferentes países por el mal uso de estos sistemas. Independientemente del tipo de portabebés que se utilice, se deben seguir unas normas estrictas a la hora de transportar a los niños con estos arneses.

Los portabebés pueden causar tres tipos diferentes de sofocación a los lactantes en los primeros meses:

  1. Por compresión en la nariz y la boca del lactante contra el cuerpo del adulto que lo sostiene con el cabestrillo, bloqueando de esta manera su respiración y provocando asfixia.
  2. Debido a la debilidad de los músculos del cuello en los primeros meses, si la cabeza del lactante se gira hacia delante puede provocar que la barbilla toque el pecho, obstruyendo la vía aérea y limitando el aporte de oxígeno. El lactante no puede llorar y se puede provocar asfixia.
  3. Si se tapa con la tela la cara del bebé, el niño puede volver a respirar su propio aire provocando una situación similar a la anteriormente descrita. Los portabebés resultan especialmente peligrosos si se usan en estos casos: En niños menores de 4 meses. Gemelos. Prematuros. Niños de bajo peso al nacimiento. Niños con infecciones de vías respiratorias.

Normas generales de prevención

Las recomendaciones que se dictan a continuación en absoluto contraindican su uso. Sólo advierten de los riesgos del mal uso.

La cara del niño debe permanecer siempre visible.

Vigilar con frecuencia su postura.

Vigilar que el niño respira libremente.

Evitar que la cara se apoye contra el cuerpo del adulto.

No utilizar este sistema de transporte en un vehículo.

Utilizar siempre sistemas portabebés apropiados para el peso y la edad del bebé.

Se debe comprobar diariamente la tela, las costuras, la presencia de pliegues y los broches o cremalleras del artilugio.

No se debe utilizar el cabestrillo si se van a practicar determinadas actividades que acarreen riesgo de caídas (subir laderas, montar a caballo, montar en bicicleta, patinar, etc.).

Evitar zonas deslizantes que puedan ocasionar caídas.

En el caso de los portabebés de espalda, comprobar que el niño no puede tomar cosas peligrosas.

No cocinar con el niño puesto en el portabebés, por el riesgo de quemaduras.

Uso correcto e incorrecto del cabestrillo portabebés.

Uso correcto de un portabebés.

La cara del niño está por encima del borde del cabestrillo y sin posibles obstrucciones.

Uso impropio del portabebés.

La cara del niño no se ve. El niño está desplazado hacia abajo.

Uso impropio del portabebés.

El niño está incrustado con la barbilla tocándole el pecho

Uso impropio.

En esta posición el niño se puede ahogar al comprimir su cara contra el cabestrillo o el cuerpo de la madre.