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Salud y desarrollo sexual infantil


 

Entender el desarrollo sexual infantil amerita que dejemos a un lado el concepto adulto de sexualidad y miremos la sexualidad de nuestros hijos con ojos de niños. Es decir, entender que la sexualidad infantil está basada en el descubrimiento de los genitales, la identidad sexual y de género y la afectividad.

El descubrimiento de los genitales ocurre en los 3 primeros años de vida. En esta etapa de exploración es normal que toquen y estimulen estas partes del cuerpo generando placer; cabe recordar que no es un placer erótico y que luego de la novedad dejarán de hacerlo y se interesarán por otras actividades. Entre los 3 y 5 años aparecen los juegos sexuales entre pares (la diferencia de edad no debe ser mayor a 2-3 años); en un espacio de intimidad (el cuarto, debajo de la mesa o la casita de muñecos) niñas y niños se exploran jugando al doctor o a la mamá  y el papá, etc. Estos juegos son consensuados sin intimidación y nunca son erotizados ni con posturas sexuales adultas. El 5% de los niños en estas edades se interesan por ver desnudos a sus padres o hermanos y es posible que puedan “espiarlos“ cuando entran al baño o se cambian de ropa. Este comportamiento aislado de comportamientos sexuales inadecuados es normal y generalmente, cuando se les enseña a respetar la privacidad, desaparece. Es a través del conocimiento del propio cuerpo y lo que lo diferencia del sexo opuesto como ocurre la identidad sexual.

Al terminar la fase de exploración genital aparece la etapa de identidad de género (entre los 5 y 10 años) a través de los juegos de roles. El género es la determinación sociocultural de cómo debe ser el comportamiento de los hombres y las mujeres según la época; así que, evoluciona con el tiempo y el rol que tenían hombres y mujeres hace 50 años es muy diferente al que se tiene ahora. Permitir que los niños exploren ambos roles, les ayuda a identificar su rol de forma natural y a ser empáticos dando valor real a las personas del otro género. Esto es muy importante si queremos erradicar los rezagos machistas de la sociedad; así que los juegos, hobbies, colores y juguetes no tienen género. En esta edad también entienden el concepto de privacidad, se vuelven  pudorosos, prefieren vestirse, bañarse e ir al baño solos o únicamente con sus padres. Debemos respetar sus espacios privados y permitir que puedan disfrutar de ellos, así que no debemos abrir una puerta sin antes pedir permiso para entrar. Obviamente tenemos que asegurarnos que estos espacios no tengan riesgos para ellos como por ejemplo los baños públicos.

En la adolescencia ya se tiene una identidad sexual y de género definida. Ahora el interés está dirigido a explorar la forma de socializar sus sentimientos y de experimentar el placer erótico. Es entonces donde aparece la auto estimulación genital como parte de la exploración del placer erótico y la expresión del amor romántico. En general es en la adolescencia donde se determina la orientación sexual (homosexual hacia el mismo sexo y heterosexual hacia el sexo opuesto) sin embargo, en muchas personas puede tomar más tiempo. De cuán libres, autónomos  y empoderados sean nuestros hijos, será más fácil para ellos definir su orientación sexual. Para ellos debemos ser figuras de confianza a las que puedan acudir cuando tengan dudas acerca de cómo iniciar su vida sexual, para que lo hagan de la forma más sana, amorosa y respetuosa consigo mismo y su pareja.

Recordemos que la sexualidad infantil no se asocia al erotismo sino a la afectividad, la exploración genital, la identidad sexual y de género. Reconocer el desarrollo sexual infantil nos ayudará a estar atentos frente a cualquier comportamiento diferente y buscar ayuda a tiempo para descartar abuso sexual o trastornos de la conducta sexual. En el próximo artículo se hablará sobre cómo hacer educación sexual infantil con nuestros hijos.

Dra. Angela María García Cifuentes.

Médico pediatra.

Especialista en prevención de maltrato infantil.

Máster en necesidades, derechos y cooperación para la infancia y la adolescencia.